"El Dios de las Praderas Verdes", traducido al inglés, "The God of Green Valleys" fue escrita con vocación universal y para hablar de los valores inmanentes al ser humano. Las razones que llevaron a María José Celemín escribir una obra tan meticulosa como ésta fueron la misoginia en Castilla y León, el suministro indiscriminado de fármacos de los médicos y los psiquiatras a las mujeres como un medio de control y sometimiento de la mujer, y un profundo cuestionamiento de la institución de la Iglesia Católica, que consideraba había acaparado la espiritualidad, ¿Dónde estaba Dios cuando uno decidía que no podía comulgar con una institución que lejos de amar había asesinado y odiado a lo largo de la historia?
"El Dios de las Praderas Verdes" es una alegato al Amor Universal, Dios está en el corazón del ser humano, en el centro del alma del hombre, donde reside la dignidad del mismo. Es un escrito meticuloso en el que María José Celemín empleó cuatro años con descripciones detalladas que elevan los aspectos técnicos a recursos literarios, embellecen y dignifican todo el relato, e indagan en los problemas del Hombre Moderno y en sus emociones.