Pedro Mencía: "Teresa tuvo que ser una mujer absolutamente excepcional, y, al tener una veta tan religiosa, tan confesional, la quita valor para mucha gente"
"La alta sociedad española y europea debería ser cómplice para la fundación de "Casas Rurales en sintonía con la Ecología Espiritual", como lo fue en el S. XVI para las Fundaciones de Teresa de Ávila"
Éstas son palabras de Pedro Mencía, director de la Villa del Libro, en el debate-coloquio que se originó después de la Conferencia Inspiracional de María José Celemín en la Villa del Libro de Urueña
"Hablando de Teresa, te has encaminado por una senda interesantísima, ya que Teresa tuvo que ser una mujer absolutamente excepcional, y probablemente, al tener una veta tan religiosa, tan confesional, la quita valor para mucha gente. Mucha gente no la leerá, desgraciadamente por ser monja. Es algo que la malogra.
Tuvo que ser una mujer absolutamente excepcional, para haber trabajado tanto, haberse recorrido media España, haber fundado, y, además, enferma, con obstáculos de todo tipo, estando a punto de pasar de por tribunales de Inquisición, habiendo podido ser quemada, habiendo pasado por todo tipo de penalidades, tuvo esa capacidad de sobreponerse, y de no envidiar nunca, no criticar nunca. Fue una persona excepcional.
La fórmula que ella encontró, que ella encontró una fórmula, fue arrimarse a los que tenían, porque no se podían hacer fundaciones. Se hacían las fundaciones cuando daban el pláceme la alta sociedad, que eran los que lo procuraban y lo favorecían.
Estamos, curiosamente, en un momento peor, en el sentido espiritual y de mecenazgo, que el de Teresa de Jesús, comparando ecología y alta sociedad. En el siglo XVI la alta sociedad era cómplice con las corrientes espirituales para favorecer la creación de fundaciones, mucho más de lo que está ahora la alta sociedad española o europea con el ecologismo, para ir procurando la creación de casas rurales en este sentido.
Teresa de Ávila fue inteligente, inteligentísima, con una capacidad de trabajo y de sufrimiento excepcionales, pero con una simpatía arrolladora para ganar hacia su causa a las personas que lo pudieran hacer posible. Solamente era posible hacer fundaciones religiosas si determinados nobles y aristócratas lo apoyaban. Era una mujer cautivadora, por eso me gustó el enfoque de tu investigación de ella como "Afrodita"".
María José Celemín
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