La sociedad española no es aún una sociedad concienciada con los problemas que los ruidos excesivos generan para la salud. Siendo sociedades muy orientadas al exterior y a lo externo, no hay regulaciones a nivel municipal, autonómico ni estatal que prohíban expresamente el exceso de ruidos. Perros ladrando por la noche, sillas de bares moviéndose, gente hablando, campanas, alarmas, instrumentos, o cualquier otro dispositivo que genere ruidos es una agresión física directa. Las ondas expansivas del ruido golpean de igual manera que se puede golpear con un objeto material, y quien sufre ruidos diurnos y nocturnos es obligado a salir de su casa para ponerse a salvo en otro lugar, en el mejor de los casos y cuando el propietario de la vivienda posee una segunda propiedad, y en el peor de los casos, y para quien no tenga una segunda vivienda, debe verse obligado a consumir psico-fármacos, nocivos para la salud, que alteren su organismo para poder soportar la agresión.
Una Democracia y un Estado de Derecho, de forma automática, debería garantizar los derechos fundamentales básicos, como es el Derecho a la Vida y a Integridad Física y Moral, el derecho a prosperar que un Estado de Bienestar debería establecer para sus ciudadano, pero nos encontramos con que esto no es así. Guardias Civiles y Policías que atienden una llamada desesperada de la víctima pasan por el lugar de los hechos para cumplir el trámite sin tomar medidas efectivas. Entre otros delitos, los cometidos con los ruidos, son el allanamiento de morada o delito de lesiones. Si el ruido no cesa puede causar, de modo paulatino, y acumulado en el tiempo, la muerte o una grave enfermedad, y en el momento en el que se vive, la víctima no puede llevar a cabo su vida con normalidad.
Muchos médicos tratan este teme como un problema psiquiátrico de la víctima. Sí, no han leído mal, son las situaciones de surrealismo a las que nos tenemos que enfrentar a diario en unos tiempos que son de confusión. De aquí que hayamos traído a este programa el tema de las Plantas Medicinales, para combatir, cuando se sufre una agresión así, con remedios naturales el estrés y las heridas que producen las agresiones a través de los ruidos, aunque el único modo de combatirlo es cesando la agresión, es decir, cesando el ruido.
Los perfiles de quienes generan ruidos suelen ser de personas con un carácter psicótico, que no son capaces de establacer una empatía con el dolor ajeno, y que suelen ser maltratadores, de igual forma, en otros ámbitos de la vida.