

Halal style en la Casa Rural Beautiful Alamedas - La sunna del anfitrión
Rezar por la noche cuando el huésped duerme, ofrecer hospitalidad, comida y un apretón de manos
Mi amiga Rabea, con la que comparto un sueño común, ha estado este fin de semana en la casa rural, la que fue de mi abuela y que yo he llamado Beautiful Alamedas. Era el cumpleaños de su amiga Eva, que ha cumplido unos fabulosos 50 años. Las tres guardamos y compartimos un secreto en esta casa rural, a saber: desayunar en el patio de estilo andalusí la mañana después de los conciertos del Festival Tres Culturas Castronuño, cuando ya todos se han ido. Momentos que no se pueden describir con palabras.
El pasado miércoles, Eva, cumplió 50, y decidieron celebrarlo en Castronuño. También, mis padres, el pasado sábado, cumplieron 50 años de casados. Ambos 50. Pensé, ¿cómo se puede honrar y celebrar una fecha tan significativa en la vida de un ser humano? ¿Qué puedo hacer para hacer sentir a Eva en un día así? Me vino a la cabeza un artículo de la revista SISTERS magazine, que hablaba de la "sunna del anfitrión", es decir, lo que el Profeta Muhammed, paz y bendiciones con él, dijo acerca de ser un buen anfitrión, tal como rezar por la noche cuando el huésped duerme, ofrecer hospitalidad, comida y un apretón de manos.
Preparé los baños, los detalles, una pequeña rosa de bienvenida, unas ramitas de boj en agua, unas letras que deseaban la felicidad en un día tan señalado: aromas, sonidos, el correr de las fuentes... un intento de un pequeño jardín de deleites y placeres. Lo preparé con la intención de que Eva tuviera un bonito recuerdo visual y sensorial.
La comida la preparó Ijja Abrar, una marroquí del desierto de los bereberes, asentada en Castronuño; un rico cuscús de ternera y verduras.
Vivimos en sociedades que han olvidado el ritual, la ceremonia, lo sagrado, y la sabiduría atesorada en las Tradiciones. Del Islam, me fascinó el deleite que esta Revelación contiene en sí misma por el gusto por satisfacer los cinco sentidos.
El Dunia, es decir, el mundo de lo material podría ser una aspiración del Paraíso, del Jannah, de "los Jardines bajo los que fluyen ríos de leche siempre del mismo sabor, ríos de vino y dulzor para los que beban, y ríos de miel pura. En él tendrán toda clase de frutos y perdón de su Señor" (Corán, 47:15).
Sólo espero que Eva y todas nuestras amigas, este fin de semana, en la casa que fue de mi abuela, hayan tenido una aproximación a uno de los muchos Paraísos que existen en el Cielo.
María José Celemín