Las Causas
- Tras la Desamortización de Mendizábal, la incipiente burguesía se hizo con el control de los medios de producción y se hizo con el poder político.
- Se consideraban superiores al conjunto de la población y, por ello, pensaban que eran los más capacitados para gestionar los asuntos públicos.
- Entendieron la cosa pública y la relación administración y administrado como una responsabilidad exclusiva y asistencial de quien detenta el poder.
- Continuaron una cultura de súbdito.
- En este período de la Restauración, que comienza en el último cuarto del siglo XIX, los caciques fueron los intermediarios entre el parlamento y el pueblo y compraban los votos, a través de favores administrativos, para el partido al que pertenecían.
- El Estado Liberal se fue implantando a lo largo del siglo XIX, sin embargo, en España, la sociedad sólo sabía comportarse según las tradicionales actitudes de sumisión y, aunque en el marco legal se había establecido igualdad teórica, las concepciones mentales propias del Antiguo Régimen pervivieron y facilitaron el sometimiento a las autoridades que se consideraban naturales dentro de la comunidad.
- La presencia de aquellos caciques frenó la existencia de una cultura política verdaderamente participativa.
- Aquellos caciques se convirtieron en los “nuevos señores”.
- Los obreros debían aceptar la realidad confiando en la bondad y en los sentimientos caritativos de las élites dirigentes, que buscaron la docilidad de los comportamientos sociales.
- En la conformación de aquella conciencia colectiva intervino la Iglesia Católica introduciendo una dimensión jerárquica del Universo y santificando la obediencia y la resignación.
- Aquellas élites introdujeron un patriotismo exacerbado y acrítico, que presentaba cualquier protesta contra el poder establecido como una traición a la patria.
- Se concibió a la nación como una gran familia, y a la monarquía y al catolicismo como elementos clave de la esencia nacional española.
- Vincularon la tradición católica con los momentos de mayor esplendor de la patria dentro de una doctrina que cristalizó en el llamado “nacional-catolicismo”.
Extraído de la tesis doctoral "Élites castellanas de la Restauración - las grandes sagas familiares de Valladolid", del catedrático de Historia Contemporánea Pedro Carasa Soto.
- Estos caciques y esta mentalidad caciquil pervive en las instituciones castellanas y españolas, entre otras razones, porque, generación tras generación, los descendientes de los caciques han seguido ocupando los puestos públicos.
- Por otra parte, el pueblo castellano mantiene también la actitud de sumisión a estas autoridades, a quien todavía considera "las élites tradicionales contra las que no hay nada que hacer". Por lo tanto, parece que, aunque la transición a la democracia tuvo lugar en 1.978, los cambios sociales y mentales necesarios no han tenido lugar para una verdadera democracia.
- Bajo estas circunstancias históricas se puede entender la pasividad del pueblo castellano.
Al pueblo castellano se le ha grabado a fuego en la mente (las torturas de la Inquisición) que es inferior. Se le ha torturado para declarar que perteneciera al pensamiento único de la doctrina del nacional-catolicismo y que perteneciera a esa "normalidad". Cuando las tallas de los escultores castellanos se han llevado a los museos del Reino Unido, los británicos se han horrorizado del grado de sadismo con el que las mismas fueron hechas para aterrorizar al pueblo castellano.
No existe entre la gente una retroalimentación positiva (“¡Lo has hecho bien!”) en el imaginario colectivo.
Por este motivo, la autoestima del pueblo castellano es muy baja y puede que sea una razón por las que la gente, en términos generales, no se atreva a emprender ya que es lo que pesa en el inconsciente colectivo.
Aún las clases populares y las medias quieren imitar el estilo de vida de las tradicionales élites (que son incapaces de dar una solución hasta que no sean capaces de abandonar sus antiguas prebendas)
La conclusión es que el pueblo castellano se halla atrapado en este contexto y no encuentra un modo de encontrar una identidad propia que dinamice la comunidad.
La clase media está aún atrapada en imitar el estilo de las tradicionales clases dirigentes sin ser capaz de encontrar para ella misma una identidad real, un modo propio de vida, un estilo propio de hacer negocios, de vestir, y de crear una comunidad real, creativa y dinámica.
EL SANBENITO
El Santo Oficio colgaba el "Sanbenito" a quien se había atrevido a discrepar del pensamiento único y de los dogmas del catolicismo.
Esta “vergüenza” de discrepar ha determinado el subconsciente colectivo para no “atreverse a seguir la propia identidad individual” y hay un “recuerdo doloroso histórico” que no permite al individuo a seguir su “propio camino”, a emprender su propia empresa a través de la que desarrolle sus talentos.
Las torturas que el Santo Oficio implementó en el pueblo castellano quedaron grabadas a fuego en las mentes y siguen determinando los comportamientos actuales.
Los torturados tenían que declarar que “pertenecían a la normalidad”, “que eran normales” entendiéndose por “normal” aquel que no cuestionaba el sistema establecido.
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