En el diccionario libre de la Wikipedia en su versión de inglés una "tomboy" es una chica que exhibe características o comportamientos considerados típicos del género masculino; esto incluye la forma de vestir, típicamente masculina, así como jugar a juegos y hacer actividades que, por naturaleza física, pertenecen al dominio masculino.
La Wikipedia, en su versión de español, afina y dice que "la mujer no tiene porqué ser siempre calmada y de gustos llamados típicos de género femenino", aunque esta información acerca de la naturaleza de las tomboys es mínima y se reduce sólo a lo que se ve en el exterior.
El capítulo segundo de la primera parte define a Victoria como una "tomboy", de hecho, es el primer rasgo que aparece de ella, incluso antes que el de altamente sensible. Victoria aparece con una indumentaria deportiva y haciendo labores del campo típicamente masculinas y de adultos; está regando árboles y frutales y el capítulo cuenta cómo consigue llevar el riego de los árboles por sí sola haciendo frente a la rotura de los diques y a las fugas de agua; lo cuenta como una batalla campal en la que la tomboy se hace con la victoria.
"Con la paja entre los dientes miró a los troncos de los perales.
Se lo contaría a Sebastián en cuanto llegara.
Tenía once años.
La Libertad y la Fuerza del Viento Embravecido.
Era una Mujer Salvaje...
... Una Tomboy"
Victoria, en la segunda parte, es acusada varias veces por Vicente por "querer parecerse a los hombres". Las tomboy, en su edad adulta, son mujeres independientes y valientes que se atreven a acometer empresas por sí solas y, en términos generales, no necesitan hombres a su lado para sobrevivir, salir adelante y prosperar.
Es más, en términos generales, los hombres se sieten abrumados y frustrados cuando una mujer muestra potencia, decisión y criterio independiente.
Jean Shinoda Bolen es la autora del libro "Las Diosas de cada mujer" y en él analiza las diosas arquetípicas de la mitología griega. Victoria, como tomboy, responde a Artemisa, la diosa de la caza.
Este tipo de mujeres no envejecen nunca y siempre se mantienen vitales y activas.
ARTEMISA, DIOSA DE LA CAZA
"Artemisa, conocida por los romanos como Diana, era diosa de la caza y diosa de la luna. La esbelta y adorable hija de Zeus y Latona erraba por los bosques, montañas y prados salvajes en alegre compañía de su grupo de ninfas y perros cazadores. Vestida con una corta túnica, armada con un arco de plata, un carcaj de flechas a su espalda, era la arquera de disparo certero. Como diosa de la luna, también se la presenta como portadora de la luz, llevando antorchas en sus manos, o con la luna y las estrellas rodeando su cabeza".
"Sentada en el regazo de su encantado padre Zeus que se inclinó y la acarició diciendo: cuando las diosas me dan hijas como ésta, la cólera de la celosa Hera me inquieta muy poco, mi pequeña, tendrás todo lo que desees".
"Artemisa pidió arco y flechas, una jauría de sabuesos con los que cazar, ninfas para acompañarla, una túnica suficientemente corta para poder correr con ella puesta, montañas y naturaleza salvaje como sus dominios especiales, y castidad eterna, todo lo cual le concedió su padre, además del privilegio de elegirlo todo ella misma".
ARTEMISA, EL ARQUETIPO
"Artemisa, como diosa de la caza y de la luna, era una personificación del espíritu femenino independiente. El arquetipo que hace posible que una mujer busque sus propias metas en el terreno que ella misma elija".
DIOSA VIRGEN
"Como diosa virgen, Artemisa era inmune al enamoramiento. No fue seducida ni violada como lo fue Perséfone o Deméter. Artemisa, como diosa virgen, representa un símbolo de integridad, una unidad en sí misma, una actitud de "puedo cuidar de mí misma", que permite a una mujer funcionar por sus propios medios, con autoconfianza y espíritu de independencia. Este arquetipo hace posible el que una mujer se sienta completa sin un hombre. Con él, puede seguir sus propios intereses y trabajar en lo que le gusta sin necesidad de la aprobación masculina. Su identidad y sentido de su propia valía están basados en lo que es y en lo que hace, y no en el hecho de si está casada o no y con quién. La inisitencia en que se le dirijan como "señorita" expresa la cualidad típica de una diosa virgen Artemisa, que hace incapié en la independencia y en la autonomía respecto a los hombres".
"Artemisa, la diosa, estaba acompañada por un grupo de ninfas, deidades menores que se asocian con las montañas, los bosques y los ríos. Viajaban con ella explorando y cazando en vastos territorios salvajes. No se hallaban limitadas por las tareas domésticas, las modas o las ideas de lo que las mujeres "deben" hacer, y estaban más allá del control de los hombres y de las preferencias masculinas". Eran como "hermanas", con Artemisa como la "Gran Hermana", que las conducía y a la que podían recurrir para ser ayudadas".
"En su afinidad con la naturaleza salvaje y no domesticada, Artemisa es el arquetipo responsable de la unidad consigo misma y con la naturaleza que sienten algunas mujeres cuando se adentran con una mochila entre montañas boscosas, duermen bajo la luna y las estrellas, caminan por una playa desierta o contemplan el desierto y se sienten en comunión espiritual con lo que les rodea".
"La adolescente Artemisa es una chica con una vena de independencia y una inclinación por la exploración. Se aventura en los bosques, sube montañas o quiere saber qué es lo que hay detrás de cada cosa. Sus eslóganes son "no me encierres" y "no me pises". Como chica, es menos contemporizadora y conformista que sus compañeras porque está menos motivada por el ansia de agradar a los demás y porque normalmente sabe lo que quiere. Sin embargo, puede que esta seguridad rebote sobre ella: los demás, tal vez, la consideren "cabezota", "obstinada" y "poco femenina".
"La mujer Artemisa suele sentir que es igual a los hombres; ha competido con ellos y, muchas veces, ha sentido que el papel estereotipado que se esperaba que ella desempeñara era antinatural. Esconder sus capacidades "no dejes que el hombre sepa lo lista que eres" o "deja ganar al hombre" en una discusión o un partido de tenis va contra su naturaleza".
"La sexualidad de una mujer Artemisa puede parecer la de un hombre tradicional orientado hacia el trabajo. Para ambos, las relaciones son secundarias. La implicación en la profesión, los proyectos creativos o la causa son lo fundamental. El sexo se convierte así en un deporte recreativo o en una experiencia física en lugar de ser una expresión física de la intimidad y del compromiso emocionales (motivación que proporciona Hera), o un instinto profundamente expresivo de su propia naturaleza sensual (para la que se necesita a Afrodita)".
"A una mujer Artemisa no le seducen en absoluto hombres dominantes ni relaciones del tipo "Yo Tarzán y tú Jane". Tampoco le interesan las relaciones del tipo madre-hijo. Evita hombres que insistan ser el centro de su vida. Teniendo una posición psicológicamente fuerte, al igual que la diosa la tenía físicamente, se siente ridícula intentando hacer el papel de "mujercita".
MANERAS DE DESARROLLARSE
"Para desarrollarse más allá de Artemisa, una mujer debe desarrollar su potencial menos consciente, orientado hacia las relaciones y receptivo. Necesita volverse vulnerable para aprender amar y a preocuparse profundamente por otra persona. Si esto sucede, puede que se haga dentro de una relación, normalmente con un hombre que la quiere, a veces con otra mujer, o teniendo un hijo".
"A menudo, este avance suele ocurrir sólo después de que una mujer Artemisa ha perseguido una serie de objetivos y de haberlos logrado o no, tras la excitación de la caza, la carrera, o que la persecución se haya agotado. Un hombre que la quiere tal vez tenga que esperar hasta entonces".
EL MITO DE ATALANTA: UNA METÁFORA PARA EL DESARROLLO PSICOLÓGICO
"Atalanta fue una heroína cuyo valor y capacidades como cazadora y corredora eran iguales a las de cualquier hombre. Había sido abandonada en la cumbre de una montaña cuando nació, fue encontrada y amamantada por una osa, y creció hasta hacerse una hermosa mujer. Un cazador llamado Meleagro se hizo su amante y compañero. Esta pareja de iguales llegaron a ser bien conocidos, famosos en toda Grecia, especialmente por su participación en la caza del jabalí de Calidonia. Meleagro murió en sus brazos poco después. A continuación, Atalanta dejó las montañas por las que habían errado juntos para enfrentarse a su padre y ser reconocida como heredera de su trono".
"Entonces, muchos pretendientes llegaron para pedir su mano, pero ella los rechazó a todos. Cuando surgió el clamor popular de que escogiese entre ellos, dijo que se casaría con el hombre que pudiera vencerla en una carrera a pie. Si éste ganaba, se casaría con él, sino, perdería la vida. Se celebró carrera tras carrera, y la veloz Atalanta siempre ganaba".
"Finalmente, el nada atlético Hipómenes, que la amaba de verdad, decidió participar en la carrera aunque probablemente le costara la vida. La noche anterior a la carrera le pidió ayuda a Afrodita, la diosa del amor. Ésta oyó su plegaria y le dio tres manzanas de oro para que las utilizase en la carrera".
"Primera manzana: conciencia del paso del tiempo. En los inicios de la carrera, Hipómenes arrojó su primera manzana al paso de Atalanta. Ésta quedó absorbida por su belleza resplandeciente y disminuyó su paso para recogerla. Hipómenes la adelantó en la carrera mientras ella contemplaba fijamente la manzana en su mano. Reflejada en ella, vio su propio rostro distorsionado por las curvas de la manzana. "Éste es el aspecto que tendré cuando sea vieja, pensó".
"Muchas mujeres activas no son conscientes del paso del tiempo hasta algún momento de la mitad de su vida, cuando se desvanecen los desafíos de la competición o la persecución de metas. Por primera vez en su vida se dan cuenta de que no son la eterna juventud y reflexionan sobre el curso que llevan sus vidas y adonde les está llevando".
"Segunda manzana: conciencia de la importancia del amor. Después, Hipómenes lanzó la segunda manzana en el camino de Atalanta. Ésta estaba de nuevo concentrada en la carrera que, sin esfuerzo, la estaba ganando. Cuando se detuvo a recoger la segunda manzana le empezaron a surgir recuerdos de Meleagro, su amante fallecido. Las emociones de cercanía física y emocional son agitadas por Afrodita. Cuando se combinan con la conciencia de que el tiempo pasa, el foco de atención habitual de una mujer tipo Artemisa se desvía hacia una nueva receptividad al amor y a la intimidad".
Tercera manzana: instinto de procreación y creatividad. La línea de llegada estaba ya a la vista cuando Atalanta se aproximaba a Hipómenes. Ya estaba a punto de sobrepasarle y ganarle, cuando Hipómenes dejó caer la tercera manzana. Atalanta dudó por un instante. ¿Tenía que cruzar la línea de llegada y ganar la carrera, o tomar la manzana y perder? Atalanta escogió recoger la manzana en el momento justo en el que Hipómenes cruzaba la meta para ganar la carrera y coger a Atalanta como esposa".
"El instinto de procreación de Afrodita calma a muchas mujeres activas centradas en los objetivos en los años anteriores a los cuarenta. Muchas veces, las mujeres orientadas hacia una profesión, las sorprende la urgencia imperiosa de tener un hijo".
"Esta tercera manzana de oro también puede representar algo distinto a la creatividad biológica. La consecución de objetivos, tal ves, se vuelva algo menos importante depués de la mitad de la vida. En su lugar, la capacidad de procrear se dirige a transformar la experiencia en alguna forma de expresión personal".
"El Dios de las Praderas Verdes" deja patente la extremada violencia que la sociedad castellana ejerce sobre las mujeres del tipo de Artemisa y muestra, a través de sus situaciones, cómo opera esta violencia de forma sutil pero eficaz y con métodos y comportamientos que "están normalizados" y que la sociedad tiene internalizados sin ponerlos en tela de juicio, pero que socavan la integridad física y moral de muchas mujeres que tienen otros rasgos que no son los mantenidos por la sociedad patriarcal de receptidad, disposición y sustento.
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