Victoria es una mujer Altamente Sensible. El hecho de que Victoria sea una Persona Altamente Sensible se descubre ya en los capítulos de la primera parte. La posibilidad de tener una vida interior más rica y espiritual en la finca de sus padres y en contacto con la Naturaleza la protege de la violencia del exterior.
Su experiencia en la vida es tierna, romántica, más rica, creativa y espiritual.
La capacidad de empatizar con los sentimientos ajenos; la vivencia subjetiva, profunda y espiritual de la naturaleza en la finca de sus padres; la posibilidad de armonizar y sentirse amiga, hermana e incluso protegida por los propios animales; la experiencia intensa y mágica del enamoramiento; la detección de los peligros; la mayor capacidad de perdonar y de amar.
Todo esto hace de Victoria una persona más sensible.
Cualquier persona que sienta que no puede comprender el mundo, el hambre y las injusticias; a cualquiera que le resulte inconcebible la instrumentación del mal en términos generales y le indigne de modo especial la indiferencia del resto se sentirá identificado con la vivencia de Victoria.
Y esta forma de ser le hace sentirse culpable de algo sin saber concretamente de qué. Y es que, mientras Victoria es excesivamente responsable frente a sus propios actos, el resto no siente el peso de su responsabilidad frente a los suyos.
Esto es uno de los indicios de ser Altamente Sensible.
A muchos adolescentes les habría gustado que, desde el exterior, se hubiese reconocido el hecho de su diferencia y la realidad de sus talentos y, sin embargo, han tenido que sufrir en silencio las envidias de quienes eran los jefes del grupo.
Sin embargo, pasado el tiempo, han podido comprobar que, tras momentos de gran sufrimiento, incomprensiones, confusión y dudas creados por el exterior, han descubierto que su sospecha de que “aquello que había que no era como les decían” se ha confirmado una vez que hicieron caso, pese a todos esos grandes obstáculos, a su intuición y siguieron su propia estela.
Es para todas esas personas que tienen la valentía de seguir su propio camino frente a las voces de confusión del exterior.
El Dios de las Praderas Verdes está dedicado a aquellos que abren nuevos caminos para dar luz a los demás.
Para darles aliento y decirles que están en el camino correcto; en el suyo propio.
Además, El Dios de las Praderas Verdes es una exhibición de escenarios naturales descritos de forma rica, preciosista y magistral.
La reserva natural; las plantas, el río, los animales son vistos y contados con los ojos de la fantasía y la realidad física adquiere las formas de la magia.
El hecho de que la autora de "El Dios de las Praderas Verdes", María José Celemín, haya podido descubrir el Don de la Sensibilidad en Victoria, la protagonista de la novela, ha sido tras descubrir y conocer la investigación de la doctora Elaine Aron acerca de las Personas Altamente Sensibles (PAS). Desde aquí, María José Celemín, quiere resaltar la labor de Jacquelyn Strickland, quien es psicóloga, terapeuta y coachen Fort Collins, Colorado. Jacquelyn Strickland está especializada en Myers-Briggs Personality Inventory desde 1.991. La práctica de su coaching y asesoramiento se especializa en la combinación de principios y estrategias de coaching con una base espiritual. María José Celemín quiere agradecer a Jacquelyn Strickland su inestimable apoyo profesional, su humanidad, su abilidad para empatizar con los sentimientos ajenos, sy mente brillante y su enfoque perspicaz, así como su enorme contribución por haber creado los Encuentros para Personas Altamente Sensibles en los USA y en Europa, en los que mucha gente encuentra alivio y respuestas para disfrutar de una vida mejor.