Violencia machista y misoginia en Castilla y León
¿Cuál es la situación de la mujer en Castilla y León?
Violencia machista y misoginia en Castilla y León
En Castilla y León hay una aparente calma en el centro del huracán.
La valentía de Nevenka Fernández de enfrentarse a un sistema brutal y prácticamente asesino, junto con la astucia del escritor Juan José Millás cambiaron la historia de la mujer en Castilla y León.
"Hay algo que no es como me dicen" es el título del libro "Nevenka, frente a la realidad".
Nevenka pudo sobrevivir y contar lo que sucede cuando un hombre acosa.
Nevenka pudo salir a flote para contarlo y, amarrada al cuello, llevaba una especie de caja negra que registraba la gestación. Esa caja negra sellada contenía el algo que no le habían contado.
Y ese algo que no le habían contado es que de nada le serviría su esfuerzo personal y profesional ni su mente brillante y lúcida, porque, la realidad se imponía y esa realidad era satisfacer el placer, como prioridad, de la autoridad masculina, a riesgo de perder la vida.
Sin embargo, hay un antes y un después en la historia de Castilla y León ya que allí donde el silencio se creía invulnerable, queda desatornillado.
Nevenka mira la pecera de la casa paterna.
Se da cuenta de que han ido desapareciendo los peces en un recinto que para ella simbolizaba la máxima placidez.
La depredación en la pecera se produce en silencio.
Cuando Nevenka dice no, desata la furia de la autoridad que la acosa.
Y los peces negros, feos y haraganes se comen a los saltarines de colores.
Esta violencia no es la tradicional de las bombas, que deja pruebas, hace ruido, despierta la indignación inmediata y es ajeno a la propia sociedad.
Es un terrorismo que se ejerce en el anonimato y es mucho más efectivo que el convencional. Es un terrorismo que está internalizado por la sociedad del que no escapan médico, jueces o fiscales.
El terrorismo en Castilla y León está interiorizado por la sociedad, que lo toma como algo normal y que sumerge a muchas mujeres en un estado de confusión; son mujeres que saben que en sus trabajos y en su entorno se ejerce una gran violencia sobre ellas, pero que les dicen que "son ellas las perjudicadas" o que "son sensibles o delicadas".
La sociedad castellana tiene poca capacidad para absorver a las mujeres con sus verdaderos talentos y capacidades, y esto es otro de los motivos de parálisis social y económica.
Psiquiatras y psicólogos culpabilizan en sus consultas a las mujeres, con manipulación y métodos sutiles, por "sentirse perjudicadas".
Las medican con psico-fármacos que son peligrosos para la salud y las introducen en un túnel de confusión que empeora las cosas, de forma que las oportunidades de supervivencia de las mujeres son aún menores. De esta forma, a las mujeres se las pone un burka invisible; se las pone una mordaza invisible para silenciarlas, ahogarlas, no dejarlas hablar, respirar, ni vivir.
No es sólo que una mujer pierda la vida defendiéndose en los tribunales, sino que pierde todas las oportunidades de desarrollarse íntegramente; de poder explorar su identidad, su espíritu para poder llevar a cabo la vida, que es preciosa. Muchas mujeres pasan la vida defendiéndose de este entorno. ¿Quién las paga todo el tiempo perdido? ¿Son los fiscales y los jueces conscientes de que muchas mujeres no pueden ganar dinero porque se tienen que defender del entorno?
La pretensión de psiquitras y psicólogos por involucrarse sexualmente con sus víctimas es casi obsesiva y estas aberraciones sólo son conocidas en el anonimato de sus consultas.
Se han de potenciar y promocionar los valores del mundo y del universo femeninos para que se puedan dar a conocer, y aceptar como buenos en la sociedad.
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