..."El día se ha desarrollado con la benevolencia y la magia que aporta Mauro al quehacer cotidiano. Pues parece agraciado con talento e ingenio singulares para convertir la rutina y el tedio diario en algo emocionante, como si algo extraordinario fuese a pasar de un momento a otro o ya estuviese sucediendo. Él tiene la habilidad de extraer adrenalina de este trabajo aburrido y prosaico. Como si sacara agua de donde no la hay. Como si obrara alguna suerte de milagro o prodigio. Y, como un hechicero poderoso, contagia su vigor y su sentido alegre y desenfadado de la vida. De nuevo, ha congregado a los suyos esta mañana para que les pudiera resolver las dudas que quedaban pendientes. Y yo, que esta vez estaba bien preparada, he sabido salir airosa de lo que han ido planteando.
Al finalizar, yo debía realizar visitas a las empresas y es de costumbre en otras comunidades que los gestores de empresa acompañen a los encargados de la banca electrónica, puesto que son sus propios clientes. Así lo hacen para allanarles el camino y facilitarles la labor. Pero, la mañana en la oficina se presentaba para ellos de gran actividad y ninguno estaba disponible. Por lo que él se encargó de llamar a las empresas y de advertirles de mi visita. Cuando he llegado, los dueños y encargados de las mismas me han recibido solícitos, y amablemente, me han escuchado. He observado que Mauro extiende su poder carismático también sobre sus clientes. Que en ellos también ha calado este suave hechizo. Que ha contagiado a personas y a lugares y, me atrevería a decir que, los que le conocen hablan como él, gesticulan de su misma forma y pretenden emular su refinado sentido del humor. Parece que es todo uno y la misma cosa y todos devienen Mauro y su personalidad. Que su presencia deja una huella indiscutible como un león marca el territorio. Impregnando cada cosa y cada persona con su fragancia, y transfiriendo parte de su ser y de su personalidad. También a ellos les ha cautivado. Les ha fascinado. Les ha embaucado y les ha arrebatado con esa fuerza que les subyuga dulcemente. A mujeres y a niños. A hombres; a mayores y a jóvenes. Lo hace con la misma naturalidad y todos quedan seducidos, atolondrados e inoculados. La frescura y el misterio de su presencia envuelven esta oficina y no parece que se trate del mismo banco. Parece que Valladolid quedase lejos. Como si fuera otro mundo diferente y yo estuviera a salvo de aquello".
Párrafo extraído del Capítulo Quinto "Carta del 20 de Junio" de la Cuarta Parte "Cartas a la Abuela".
Añadir nuevo comentario